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Publicado el 2 de Diciembre de 2010 en Profesorado
Noticia de todas las diócesis.

EL SINDICALISTA GUILLERMO ROVIROSA HACIA LOS ALTARES

¿Está reñido el sindicalismo con la santidad? Se lo preguntamos al historiador José Andrés Gallego, que se ocupa desde hace meses de recopilar la abundante documentación existente sobre un sindicalista que fue afiliado a la UGT y que muchos trabajadores que hoy peinan canas recuerdan no solo con verdadero afecto sino con devoción. Se trata de Guillermo Rovirosa, fundador de la Hermandad de Obreros de Acción Católica, muerto casi en el olvido hace cuarenta años, y que va ya camino de los altares. Su proceso de beatificación se abrió en 2003 a instancias del arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela que, recientemente, ha impulsado los siempre complejos trámites canónicos para lo cual no ha dudado en recurrir a un especialista en historia de la Iglesia como es J. Andrés Gallego. Con él hemos entablado una amplia conversación para conocer más a fondo a este futuro santo.

- Sin entrar por los llamados sindicatos de clase, pocos son los trabajadores que saben en nuestros días de la existencia de la HOAC y de su fundador Guillermo Rovirosa. Sin embargo, la Iglesia no se ha olvidado de su principal organizador. Hace siete años, en 2003, se abrió el proceso de beatificación de Rovirosa. ¿Lo veremos pronto en los altares?

- Espero que sí. Rovirosa no sólo murió –como suele decirse en estos casos- en loor de santidad, sino que, cuarenta años después, cuando se abrió el proceso de canonización y se tomó testimonio a casi un centenar de personas que le conocieron personalmente, se comprobó que esas personas seguían convencidas de la santidad de Rovirosa e incluso, en ocasiones, acudían a él para que intercediese ante el Señor. Ahora, con el proceso abierto, eso ha ido a más. Lo que resulte ya no está en nuestras manos. Nosotros, lo único que podemos hacer es aportar todos los documentos que encontremos que aclaren quién fue Guillermo Rovirosa y cómo fue y cómo vivió.

- ¿Y quien fue Guillermo Rovirosa para que la Iglesia se ocupe ahora de él y saque a la luz sus virtudes heroicas?

- Es bastante sencillo explicarlo: fue un catalán de Villanueva y Geltrú que se formó en una familia católica que podemos decir “tradicional” y que perdió la fe. Había nacido en 1897. Estudió en la Escuela de Directores de Industrias eléctricas y mecánicas de la Universidad Industrial de Cataluña y se convirtió en un técnico en electricidad y en dirección y organización de empresas eléctricas con un magnífico porvenir. Era un inventor. Se casó con una joven de Caldetas, catalana también –Caterina Canals-; no tuvieron hijos; se fueron a vivir a París para encauzar allí el que era en ese momento su invento principal –un aparato cinematográfico- y fue entonces, en 1932, cuando comenzó a recuperar la fe, de la manera insólita en que sucede eso tantas veces: pasó junto a una iglesia a la puerta de la cual vio mucha gente. Preguntó qué ocurría. Le dijeron que predicaba el cardenal Mercier -entonces muy famoso- y, cuando entró, le oyó decir que, en esos momentos, cuando todo el mundo hablaba de ser “especialista” en algo, los cristianos tenían que ser “especialistas en Jesucristo”. Y, a un “especialista” como era precisamente Rovirosa, algo tan sencillo como eso le hizo darse cuenta de que lo que él conocía del cristianismo, lo rechazaba, pero no sabía nada de la persona de Jesucristo.

A partir de ahí, se dio en él un proceso de conversión. Regresaron a España. Les sorprendió la guerra en Madrid. Se alojaron en el sótano de la empresa donde trabajaba Rovirosa y montaron allí un altar donde hubo Misa durante todo aquel trienio. Los obreros de la empresa lo sabían y algunos eran socialistas; pero, como tenía gran prestigio entre ellos, no sólo no lo denunciaron, sino que lo nombraron presidente del Comité Obrero de Empresa que hubo que formar.

- Tengo entendido que se afilió a la UGT…

- Efectivamente, Rovirosa se afilió a la UGT en 1937. Siguió colaborando con su esposa en la organización del culto clandestino; pero aquello bastó para que, al acabar la guerra, alguien lo denunciase y fuera sometido a juicio sumarísimo. Cumplió la correspondiente condena y, justo entonces, en 1946, a un hombre con esos antecedentes, fue a quien se dirigió el arzobispo primado de España –Pla y Deniel- para que organizase la HOAC

. Aceptó y a ello se consagró hasta 1957, en que lo cesaron. Rovirosa tenía claro que lo que necesitaban los obreros no era sólo un salario que les permitiesen vivir dignamente, sino capacidad para abrirse camino y defenderse por sí mismos y, cuando hiciera falta, defender sus derechos. Para conseguirlo, adoptó el método del belga Cardijn (ver, juzgar, actuar) y lo adaptó de manera que sirviera mejor para formar a gente madura y no sólo a los jóvenes como se había conseguido en Bélgica. El éxito fue extraordinario. Basta decir que, en 1949, cuando se impuso la censura al periódico de la HOAC y ellos optaron por suspender la publicación, tiraba cuarenta mil ejemplares. Rovirosa y la HOAC se habían convertido en obstáculos serios para el Régimen –y, al tiempo, para los dirigentes del Partido Comunista, que querían emplear la HOAC como cauce de acción política- y, por la vía de la calumnia (lo hemos documentado), lograron que el cardenal primado cesara a Rovirosa.

- ¿Y después?

- Obedeció y se fue igual que había venido. Sólo que había dejado todo y el resto de su vida vivió muy pobremente, entre Madrid y Monserrat, sin dejar de difundir sus ideas a título personal. Un mes después del cese, lo atropelló un tranvía y terminó por perder una pierna. Pero nunca le abandonó la satisfacción que le daba la fe y ocuparse de los demás. Entre el centenar de personas con quienes mantenía correspondencia en esos últimos años, estaban figuras como el filósofo Raymundo Pánikkar o el creador de la cooperativa de Mondragón, Ariznabarrieta. Le conocían –y admiraban- personalmente hombres como Congar y Von Balthasar.

- La HOAC fundacional, allá por los años cuarenta, nada tiene que ver –¿o acaso sí?- con la que sobrevive a duras penas…

-Tiene todo que ver: es la misma y no puede decirse que sobreviva a duras penas. Rovirosa siempre concibió la militancia propiamente dicha como lo propio de una minoría que pudiera dedicarse por entero a formar a los demás. Y eso es lo que hay y lo que hacen. Por otra parte, hay rovirosianos que piensan que el desarrollo económico ha transformado por completo la situación de los trabajadores, que no es ya la de la posguerra, pero que la pobreza se ha desplazado a otros ámbitos, de los que hay que ocuparse. Es lo que se hace en el Movimiento Cultural Cristiano, que colabora con la HOAC en respaldar la Causa de Canonización.

- Por lo que sabemos, Rovirosa se propuso transformar el mundo utilizando como palanca la asociación de los sectores más pobres de la sociedad. Hoy, en cambio, los sindicatos languidecen cuando parecen haberlo conseguido todo. ¿Qué queda del mensaje social de Rovirosa?

- Queda todo. Rovirosa dejó siempre muy claro que la HOAC no era un sindicato, sino precisamente una hermandad de acción católica. Tenía, por tanto, una finalidad estrictamente religiosa. Como buen converso, comprendía la coherencia del cristianismo de forma radical: vinculaba íntimamente el hecho de que Dios sea amor –y, por eso, Trinidad- con la necesidad de que predominasen unas relaciones económicas “de comunión”. Y eso sigue en vigor, en realidad, para todo cristiano que se tenga por tal y que, como tal, se sepa llamado a vivir pobremente y con los pobres. Claro que eso tiene que aplicárselo cada cual como crea y como pueda. Pero nadie debe engañarse, cualquiera que sea su profesión y el mundo en que se mueve.

- El cardenal primado lo cesó como dirigente de la HOAC y el cardenal que preside la Conferencia Episcopal es quien ha abierto el proceso de Canonización. ¿Qué ha cambiado?

- Todo y nada. Por fortuna, durante siglos, se ha canonizado a muchos cristianos que fueron perseguidos o marginados por los propios cristianos y, a veces, justo por la manera –heroica- en que afrontaron la incomprensión.

Manuel Cruz: 01/12/2010

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